lunes, 14 de mayo de 2012

Quédate con ella

Salí del trabajo con una profunda tristeza. Corté mi horario laboral, hace unas horas (dos horas atrás para ser exacta) porque no aguanté la bronca, el llanto y la decepción. Esta tristeza que me invade, con estos ojos en una catarata de lágrimas, la bronca de este amor que es veneno corriendo por mis venas y mi sangre y una furia de palabras que me queman la lengua, doy por sentado que tus palabras son claras sospechas de un incipiente fin.
 Eso es lo único que puedo pensar. Es lo único que me nace decir.  Es la misma historia con un final parecido a otros pero con otra persona distinta con la que escribí una pequeña parte de esta novela. Quizás mi problema sea esta incertidumbre devenida en una absorta inseguridad, o la presencia de ciertos espectros que pueblan mi cabeza... No sé, ya no importa. Todas las respuestas están planteadas hacia un mismo camino.

Me alegro conocer esta verdad, que lo es para mi, quizas no para vos ni para el resto. Ya está. Me volviste débil y luego me heriste. Te felicto, resultas ser igual que los demás. No quiero seguir escribiendo, con tus palabras escritas me quitaste todas las ganas de seguir haciendo bien las cosas...









El "amor" es sólo una construcción social muy perra, frígida y por sobre todas cosas mentirosas.
(TODO A LA MISMISIMA MIERDA)

Carolina Bono

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